Al momento de su muerte, a la edad de 23 años, Selena Quintanilla Pérez significaba muchas cosas para mucha gente: icono cultural, modelo a seguir, sex symbol. Pero sobre todo, era una mezcla de contradicciones. La Reina de la Música Tejana era una tejana de tercera generación a la que al principio le costaba hablar español, aún cuando sus canciones en este idioma, que había aprendido a cantar de manera fonética, trepaban las listas de éxitos musicales. Era la tercera artista latina con mayores ganancias en los Estados Unidos, pero seguía siendo una chica sencilla incluso después de ganar un premio Grammy. (Su única concesión al estrellato, un Porsche de color rojo, con frecuencia quedaba estacionado un poco más alla de la cerca de alambre enfrente de su casa en Corpus Christi). Su último concierto en el Astrodome batió todos los récords anteriores de público, pero a pesar de eso, para muchos anglos ella era una perfecta desconocida.

Eso cambió la mañana del 31 de marzo de 1995, cuando Selena fue asesinada en un motel de Corpus Christi, de un tiro en la espalda disparado por Yolanda Saldívar, presidenta de su club de fans. La noticia de su muerte fue recibida con la clase de llanto que suele reservarse a los asesinatos políticos. Para los fans de Selena, escribe el etnomusicólogo Manuel Peña, “era como si sus aspiraciones colectivas, encarnadas en esta hermana sensual, pero sencilla, criada en el barrio, habían sido destruidas como la arteria que recibió el balazo que acabó con la vida de la joven diva”. Cuando ese verano se publicó de forma póstuma su primer álbum en inglés, Dreaming of You, se vendieron 175,000 copias en un solo día. Selena se convirtió en una estrella transcultural sólo después de su muerte.

Desde entonces, Selena ha sido canonizada, santificada y resucitada. Han salido una biografía cinematográfica de Hollywood, un musical, y rumores de poner su efigie en una estampilla de correo. En el sur de Texas y en otros lugares, la han elevado de cantante popular a lugares cuasicelestiales: heroína de culto, mártir, santa patrona. Miles de sus fans siguen peregrinando cada año a Corpus Christi, donde el estudio de grabación de su familia—juntamente con su casa, su antigua boutique, su sepultura, y un monumento a su memoria—se han convertido en el Graceland de Texas.

Quince años después de su muerte, TEXAS MONTHLY pidió a aquellos que conocieron mejor a Selena que echaran un vistazo al pasado y que reflexionaran sobre su vida, su música y su legado. Por primera vez, todos los actores importantes en su ascenso del anonimato a la fama—su familia, su esposo, sus compañeros de banda, sus amigos de la infancia, el diseñador de ropa con el que trabajó, y los ejecutivos de las disqueras que reconocieron su talento desde el principio—cuentan su historia en sus propias palabras, y piensan en lo que podría haber llegado a ser.

“SELENA QUINTANILLA PÉREZ . . . SE PRESUME MUERTA”.

Conforme llegaban las noticias de la muerte de Selena la tarde del viernes 31 de marzo de 1995, el sur de Texas se vio consumido por el dolor. Fans angustiados se reunieron en el Days Inn en que Selena había recibido el disparo; en sus boutiques de ropa de Corpus Christi y San Antonio, que fueron rápidamente transformadas en santuarios; y en vigilias espontáneas por todo el país. Fuera de la casa de Selena, los dolientes rendían tributo con flores y fotografías; la fila de carros esperando medía cinco cuadras de largo. La cobertura noticiosa continua en la televisión y en las emisoras de radio de habla hispana fue seguida por los titulares del New York Times y de otros periódicos de ámbito nacional, que comparaban su asesinato con el de John Lennon.

LUIS “BIRD” RODRÍGUEZ, con cuya voz comienza el éxito de Selena “La Carcacha”, es un DJ en la emisora Z-93 de Laredo. Estaba al aire cuando un amigo mío que era teniente de sheriff me llamó para darme la noticia. Quedé aturdido. No hacía más que pensar: “Esto no puede estar pasando. Dios, por favor, esto no puede estar pasando”. Paré la canción que estaba tocando y dije: “Selena Quintanilla Pérez recibió un disparo esta mañana en Corpus Christi y se presume muerta”. Los teléfonos no paraban de sonar; nadie podía creer lo que estaba diciendo. El ánimo era muy sombrío. Toqué canciones de Selena toda la tarde, nada más que canciones de Selena.

DANNY NOYOLA era el director de la escuela secundaria de West Oso, en el barrio de Molina de Corpus Christi, donde vivía Selena. En la actualidad es asistente de director de la escuela secundaria de Foy H. Moody. Hablé por el PA de la escuela y anuncié que nuestra gran Selena Quintanilla Pérez había fallecido. Dije que habíamos perdido a una de las grandes y que nunca, nunca la olvidaríamos. Logré mantener la compostura, pero, tan pronto terminé, fui a mi oficina, cerré la puerta y rompí a llorar.

RAMIRO BURR fue crítico musical del San Antonio Express-News durante quince años. Es el autor de The Billboard Guide to Tejano and Regional Mexican Music y vive en San Antonio. Iba en mi carro hacia Corpus el día después de que fue asesinada cuando noté que había muchos carros en la autopista con las luces encendidas. Recuerdo haber pensado: “Qué raro. ¿Es feriado?” Y lentamente entendí lo que estaba pasando: “Esto es para Selena”.

CARLOS VALDEZ ha sido fiscal del condado de Nueces durante diecisiete años. A fines de 1995 procesó a Yolanda Saldívar por el asesinato de Selena. Vive en Corpus Christi. Nadie podía creer cuántos fans dolientes llegaron el domingo al centro de convenciones para el velatorio público de Selena. La policía calculó que más de 50,000 personas llegaron a dar el pésame, pero yo creo que la cifra se acercó más a las 100,000. La fila era interminable. Yo nunca he visto nada así. Había periodistas que llamaban a mi oficina de todo el mundo: Europa, Sudamérica, Australia, Japón.

RUBÉN CUBILLOS era director creativo asociado de Sosa, Bromley, Aguilar & Associates, donde trabajó en los anuncios de Selena para Coca-Cola. Ahora es presidente y director creativo ejecutivo de A Big Chihuahua, agencia de publicidad de San Antonio. La fila era ya de cuatro cuadras cuando yo llegué allá. Toda la escena parecía surrealista, como si hubiera muerto Elvis. La gente había escrito mensajes en las ventanas de sus carros con betún blanco: “¡Te queremos, Selena!” “¡Nunca te olvidaremos!” Verla a ella fue impresionante. Estaba rodeada de rosas, miles de rosas blancas.

YVONNE “BONNIE” GARCÍA es ex directora de márketing hispano de Coca-Cola y logró que Selena firmara su primer contrato para hacer anuncios de Coca-Cola. Es la fundadora de Marketvision, agencia de márketing multicultural de San Antonio. Fue como perder a alguien de mi propia familia. Para millones de personas, su muerte tocó una fibra muy honda; fue una pérdida así de personal. Selena llegó a todas las edades, desde mis sobrinas pequeñas, que apenas podían hablar pero que cantaban “Bidi Bidi Bom Bom” completo, hasta mi madre, que tenía más de sesenta años y a quien le gustaba cantar con ellas.

JOE NICK PATOSKI fue escritor de Texas Monthly durante dieciocho años. Es autor de Selena: Como La Flor y Willie Nelson: An Epic Life. Vive en Wimberley. Cuando fue asesinada Selena, la mayoría de los anglos no entendían el por qué de tanta conmoción. No habían escuchado su música y no sabían quién era. Así que se evidenció un gran cisma entre la manera de reaccionar a la noticia de su muerte los anglos y los mexicoamericanos. Para muchos mexicoamericanos, fue como el día en que se asesinó a Kennedy.

CAMERON RANDLE era vicepresidente y gerente general de Arista/Texas y su filial para la música latina, Arista/Latin. En la actualidad es sacerdote y rector asociado de St. Stephen’s Episcopal Church, en Hollywood. La historia de Selena estaba incompleta cuando fue asesinada. Su carrera había avanzado de manera fulgurante, y llegó repentinamente a un final inesperado y trágico. Nadie sabrá nunca si habría tenido éxito como artista transcultural si no hubiera muerto.

DANIEL GLASS es ex presidente y director ejecutivo de EMI Records. En la actualidad es director ejecutivo de Glassnote Entertainment Group, en la ciudad de Nueva York. Oh, sin duda habría sido una de las mayores estrellas del mundo. Selena iba a ser tremenda, no sólo en la música latina, sino también en el mercado general. Habría estado a la par con Mariah Carey, con Madonna, con las grandes.

“DIOS MÍO, ¡CÓMO CANTABA ESA CHICA!”

La menor de tres hijos, Selena Quintanilla nació en Freeport el 16 de abril de 1971. Su padre, Abraham, quien había cantado temas de estilo doo-wop a fines de los años 50 con su banda, los Dinos, fue el primero en cultivar su talento musical. La aclamación masiva que Selena recibió marcaría un fuerte contraste con la experiencia de Abraham una generación antes, cuando los Dinos, pese a un éxito que tuvieron en la emisora de radio pop de Corpus Christi, no lograron entrar a los Top 40. La banda finalmente encontró el éxito al volcar su mirada al tejano, género fusión nacido en Texas que combina la música americana y latina con elementos de pop, jazz, y country. Los Dinos tocaron éxitos en español en salones de baile por todo el país, hasta que en 1968 Abraham se estableció en Lake Jackson y encontró un trabajo en Dow Chemical con el fin de pasar más tiempo con su esposa, Marcella, y su familia creciente.

BECKY COOPER vivía a la vuelta de la esquina de los Quintanilla y asistía a la escuela primaria con Selena. En la actualidad es maestra de biología y entrenadora de softball en la escuela secundaria de Brazoswood, en Clute. Selena era una niñita flaquita, y tenía el peor pelo del mundo. Que nadie diga lo contrario. Estamos hablando de los años 70 y principios de los 80, cuando todos querían tener pelo largo y bien liso. Su pelo era una masa de rizos, con un rizo hacia la izquierda y otro a la derecha y uno levantado hacia arriba. Ella, mi prima y yo éramos poco femeninas, así que pasábamos casi todo el tiempo jugando afuera. Selena era tierna y juguetona y tenía buen corazón. Y cuando digo juguetona, lo digo en serio. Nos hacía reír hasta que bufar.

ANNIE PÉREZ fue la maestra de tercer grado de Selena en la escuela primaria O.M. Roberts. En la actualidad está jubilada y vive en Lake Jackson. La mayoría de los niños de O.M. Roberts eran de la clase media de Lake Jackson. Yo era la única maestra hispana, y Selena era la única hispana en mi clase. Era una niñita extrovertida y amigable.

A. B. QUINTANILLA es el hermano de Selena. Productor, compositor y bajista, fundó los exitosos Kumbia Kings y Kumbia All Starz. Vive en Miami. No había ningún mexicano donde vivíamos. No hablábamos español, y no nos criaron escuchando música en español. Crecimos sin ninguna influencia de nuestra cultura.

BECKY COOPER Era un barrio para las familias de Dow, así que el papá de Selena, mi papá y la mayoría de los papás de nuestro barrio trabajaban en Dow. Era un lugar bastante idílico donde vivir, con muchas mamás que se quedaban en la casa haciendo galletas.

ABRAHAM QUINTANILLA es el padre de Selena. Es presidente y director ejecutivo de Q Productions, empresa de producción musical de Corpus Christi. Yo había pasado de hacer vida nocturna a vivir en un pueblo en el que todos se metían en la cama a las nueve de la noche. Me sentía como una fiera enjaulada. Lo único que quería hacer era volver a la música, pero tenía una familia que mantener. Fue un período muy estresante en mi vida. Iba al trabajo todos los días, y allí estaba físicamente, pero mi mente andaba en otra parte. Aunque mi sueño de alcanzar la fama había terminado, no pude borrarlo de mi mente. Traté de amoldarme a la vida de Lake Jackson, pero pensaba en la música todo el día.

BECKY COOPER El padre de Selena era muy estricto y la mantenía cerca de casa. Nunca la veíamos después de la hora en que los niños podían correr por el barrio y jugar. Eran Testigos de Jehová, así que no le celebraban el cumpleaños, ni cosas así. No le permitían quedarse a dormir en otras casas ni pasar mucho tiempo en la casa de otros.

ABRAHAM QUINTANILLA Todos los días cuando llegaba a casa del trabajo, sacaba la guitarra y empezaba a tocar. Selena se sentaba a mi lado y escuchaba. Un día cuando tenía más o menos seis años, empezó a cantar conmigo.

SUZETTE QUINTANILLA ARRIAGA es la hermana de Selena y fue baterista de su banda. Es vicepresidenta de operaciones de Q Productions y vive en Corpus Christi. Papá se quedó asombrado de lo buena que era su voz. Ya le estaba enseñando a A.B. a tocar el bajo, así que a mí me llamó a tocar la batería, lo que era una lucha constante, porque yo no la soportaba. Las chicas bateristas no eran exactamente chidas en ese entonces. Papá insonorizó el garaje, y ahí ensayábamos treinta minutos todos los días.

A. B. QUINTANILLA Papá era músico, así que buscaba gente para tocar con él. Nosotros fuimos los nominados. Simplemente le seguimos el juego.

ABRAHAM QUINTANILLA Un día un amigo mío de Dow me dijo: “¿Sabes lo que necesita Lake Jackson? Un buen restaurante mexicano”. Y casi sin darme cuenta, habíamos alquilado un espacio y contratado a unas mujeres de México para que cocinaran, y nos habíamos metido en el negocio de la restauración. Construí un pequeño escenario y una pista de baile en el medio, con mesas alrededor. Me paraba ahí y tocaba con mis hijos, y la gente venía a cenar y a bailar.

A. B. QUINTANILLA La selección de música que hacía papá no era en realidad muy interesante, así que no estábamos contentos con eso. Eran puras canciones lentas: “Feelings”, “Somewhere Over the Rainbow”, “Wasted Days and Wasted Nights”.

SUZETTE QUINTANILLA ARRIAGA Al principio no nos gustaba tocar. Me acuerdo que a A.B. le daba mucha pena porque estaba en la secundaria y los chicos populares acudían allí para comer con sus familias. Yo estaba en la escuela intermedia, y no quería que me miraran. Me sentía insegura de mi misma. En cambio a Selena no parecía importarle.

ABRAHAM QUINTANILLA Les enseñé a mis hijos a perseverar. Cuando yo estaba con los Dinos, tuvimos que luchar con mucho rechazo por ser mexicanos. Nos invitaron a tocar en un rodeo en Madisonville con algunos artistas importantes del mercado general: Johnny Tillotson, Ray Stevens, Ray Peterson, los Five Americans. De camino al espectáculo, nos pidieron que nos sentáramos en la parte de atrás del autobús. Y cuando llegamos a Madisonville, nos dijeron que no había ninguna habitación disponible para nosotros. Era una época distinta, ¿sabe usted? Cuando éramos niños, los maestros nos pegaban si hablábamos en español en la escuela. Cuando llegó Selena, las cosas ya habían cambiado.

RENA DEARMAN fue tecladista y vocalista de los Quintanilla de 1980 a 1983. En la actualidad es secretaria legal en Houston. Selena no se sabía ningún paso todavía; tenía sólo nueve años. Cantaba con el brazo a un lado, sosteniendo el micrófono delante de ella, balanceándose de un lado a otro. Pero, Dios mío, ¡cómo cantaba esa chica! Yo la escuchaba y me preguntaba: “¿Pero de dónde sale eso?” Por supuesto que ella mejoró su técnica con los años, pero tenía ese “algo” desde el comienzo. Era un talento absolutamente innato.

SUZETTE QUINTANILLA ARRIAGA A veces Selena se dormía entre actuaciones detrás de los altavoces. Todavía era una niña pequeña, así que cantar la cansaba de verdad. Era imposible despertarla, y después se ponía de mal humor y no quería cantar.

ABRAHAM QUINTANILLA El negocio del restaurante nos iba estupendamente; la gente hacía fila hasta la calle. Las cosas iban tan bien que dejé mi trabajo en Dow. Entonces llegó la recesión y la gente dejó de salir a comer. No teníamos el suficiente capital para sortear la crisis, y al final perdimos el restaurante. Perdimos la casa. Perdimos todo.

SUZETTE QUINTANILLA ARRIAGA Papá sólo nos llevaba al supermercado bien, bien tarde en la noche, para que nadie pudiera ver que pagábamos con estampillas para alimentos. Las cosas empeoraron tanto que tuvimos que mudarnos al remolque de mi tío Eddie, en El Campo.

BECKY COOPER Cuando Selena se marchó, fue una verdadera sorpresa. Fue una de esas situaciones en que un día su familia estaba ahí y al día siguiente ya no estaban. O Selena era tremendamente prudente como para no hablar fuera de la familia o no sabía que se iban. Porque no se lo contó a nadie: simplemente desapareció.

ABRAHAM QUINTANILLA Yo manejaba un camión tolva en El Campo, y después me mudé con la familia a Corpus Christi para encontrar mejor trabajo. Mi hermano Héctor nos dio una habitación con una cama.

A. B. QUINTANILLA Había trece personas viviendo en esa casa, con un solo baño, así que ya se puede imaginar. Fue difícil. Dormí en el piso más o menos un año.

ABRAHAM QUINTANILLA Fui a todas las plantas químicas de Corpus Christi, pensando que mi experiencia en Dow me abriría algunas puertas, pero en todas partes me las cerraron. Me decían que venía sobrecalificado, que era una forma amable de decirme que era demasiado viejo.

SUZETTE QUINTANILLA ARRIAGA Un día papá nos llevó a un taller que pertenecía a mi tío Isaac. Estaba en un sector bien malo de la ciudad: había mucha gente de la calle caminando por ahí, y el lugar era asqueroso. El piso estaba cubierto de manchas de aceite. Papá nos dijo: “Miren, podemos arreglar este lugar y vivir aquí”. Pero francamente, el lugar no me parecía digno ni para un perro. Empezamos a llorar, y entonces empezó a llorar papá. Tenía una expresión en la cara que era indescriptible. ¿Sabe el orgullo que siente un hombre al proveer para su familia? Él ya no tenía orgullo. Se veía abatido. Ahí fue cuando nos dimos cuenta de lo mal que nos iba.

ABRAHAM QUINTANILLA No encontraba trabajo en ninguna parte, así que le dije a Marcella que iba a volver a la música. Era lo único que sabía hacer. La banda era lo mejor que teníamos. Nos pusimos todos de acuerdo en que intentaríamos sacar a la banda adelante.

“DE VERDAD NOS EMPEZÓ A GUSTAR LA IDEA DE SER ESTRELLAS DEL ROCK”.

Con la esperanza de aprovechar el éxito de su antigua banda, Abraham bautizó al conjunto familiar “Selena y los Dinos”, y los fines de semana tocaban en cualquier lugar que pudieran. Cuando Selena estaba en la secundaria, Abraham la sacó de la escuela y la inscribió en cursos por correspondencia, para que la banda pudiera ir de gira todo el año. Pronto estaban viajando por todo el país, tocando en los antiguos escenarios de los Dinos, desde California hasta Florida. A mediados de los años 80 tuvieron una serie de éxitos regionales: la creación pop “Oh Mamá”, la ranchera sentimental “Dame un Beso”, y una versión estilo salsa de “La Bamba”.

A. B. QUINTANILLA Tocábamos en salones de la VFW, en salones de la American Legion, en salones de baile, en pistas de patinaje que se usaban como salones de baile. Tocábamos en quinceañeras, bodas, aniversarios, lo que fuera, ahí tocábamos. Si alguien quería que tocáramos y tenía dinero para pagarnos, allá íbamos.

SUZETTE QUINTANILLA ARRIAGA Papá hizo los focos de nuestro escenario con latas de duraznos vacías. Colgó las latas en un poste, puso geles de colores dentro y conectó todo el armazón a un montón de interruptores. Mamá se sentaba y se hacía cargo de las luces.

ABRAHAM QUINTANILLA Empecé a llamar a los promotores que conocía desde la época de mis giras. Un tipo me dijo: “Mira, Abraham, son niños. ¿Quién va a pagar para ver a un grupo de niños pequeños?” La única forma en que aceptaban contratar la banda era si podían pagarles prácticamente nada.

A. B. QUINTANILLA Papá se aseguraba de que todos los que tocaban con nosotros recibieran su paga. A la familia se le pagaba con Whataburgers.

ABRAHAM QUINTANILLA Al principio, hubo muchas noches en que los niños tocaban en lugares sin nada de público, y esto los desilusionaba. Yo les decía: “Toquen con el corazón y gánense a las personas que están aquí, y la próxima vez que vengamos para acá, los recordarán y traerán a sus amigos”.

RENA DEARMAN Selena era tan chiquita. Creo que a la gente le costaba soltarse y ponerse a bailar, o sentirse transportada con una canción de amor, cuando la que cantaba era una niñita pequeña.

ABRAHAM QUINTANILLA Tomamos la decisión de concentrarnos en el mercado de música tejana. Era un mercado pequeño, y era un mercado que yo conocía. Yo entendía la cultura Tex-Mex y sabía qué canciones, las canciones para llorar con la cerveza, llegarían al corazón de la gente. Le dije a Selena: “Si llegamos a sus corazones, llegaremos a sus bolsillos”.

A. B. QUINTANILLA No nos gustaba la música tejana; sencillamente no la entendíamos. No hablábamos español y no nos criaron escuchando música en español, así que para nosotros era un poco ajena. Preferíamos tocar lo que escuchábamos en la radio. Los ensayos eran terribles; a nadie le gusta tratar de perfeccionar algo, y menos en un idioma que no entiende.

ABRAHAM QUINTANILLA Selena aprendió a cantar en español por fonética. Tenía muchos problemas con la pronunciación, así que yo me sentaba con ella y revisábamos una y otra vez las palabras de cada canción hasta que por fin las pronunciaba bien. Entonces le decía lo que significaba cada frase para que pudiera darle el sentimiento preciso a la canción.

BRIAN “RED” MOORE era un ingeniero de sonido de Amen Studios, de Manny Guerra, en San Antonio, donde Selena y Los Dinos grabaron cinco álbumes para su primer sello discográfico, GP. En total, trabajó en más de diez álbumes de Selena. En la actualidad es ingeniero de sonido en Q Productions. Esos primeros días en el estudio fueron difíciles para ella. Abraham y Manny le corregían su pronunciación hasta que cantara bien. Tener a dos tipos ahí corrigiendo, corrigiendo y corrigiendo sería difícil para cualquier chica de doce años.

LITTLE JOE HERNÁNDEZ, pionero de la música Tejana, ha sido denominado “King of the Brown Sound”. Es líder de la banda Little Joe y La Familia y vive en Temple. Crecí en Texas en la misma época que Abraham. Como él, en la escuela me hacían sentir avergonzado de mi idioma, de mi comida, de mi cultura. Me hacían sentir avergonzado del color de mi piel y del tamaño de mi familia. Así que ese fue un vuelco, tantos años después, cuando Selena tuvo que aprender español para alcanzar el estrellato.

ABRAHAM QUINTANILLA La gente espera que uno tenga su propio autobús si su banda es exitosa. Así que compré un autobús. Era un Eagle del año 64 al que le pusimos de nombre Big Bertha. No tenía dirección hidráulica, ni calefacción, ni aire acondicionado. La mitad del tiempo, yo estaba debajo del autobús tratando de arreglarlo. Donde tuviéramos que tocar, estacionábamos el autobús afuera para que la gente dijera: “¡Guau! ¡A esta banda debe irle bien!” No tenían idea de que era una chatarra.

A. B. QUINTANILLA No tenía agua, ni electricidad, ni baño. Durante el invierno, dormíamos cerca del motor, porque hacía calor ahí atrás. Durante el verano, era horrible, porque no se podían abrir las ventanas para que circulara el aire.

LUIS “BIRD” RODRÍGUEZ Salí en gira con ellos algunas veces, y recuerdo que todos se quedaban dormidos en el bus después de las actuaciones, excepto Abraham. Él se quedaba despierto toda la noche y manejaba hasta el siguiente lugar. Abraham siempre estaba manejando.

SUZETTE QUINTANILLA ARRIAGA La vida en gira era entretenida, pero hubo muchas cosas que nos perdimos. Si íbamos al baile de una escuela, era porque éramos los artistas. Selena y yo hablábamos de los chicos entre actos, cosas como “Viste a ese chico ahí adelante? ¿Con la camisa azul? ¡Estaba bien guapo!” Después de terminada la actuación, cuando los chicos se acercaban a pedir autógrafos, papá nos decía: “¡Derecho al bus!”

ABRAHAM QUINTANILLA Las traía bien cortitas. Los fans se acercaban a mí en todos los pueblos en que tocábamos y decían: “Ey, después del baile, ¿puede venir la banda a mi casa?” Pero no, eso no pasaba. Me aseguraba de que los niños estuvieran siempre con nosotros.

SUZETTE QUINTANILLA ARRIAGA La mayoría de la gente piensa que nuestro ascenso al estrellato fue rápido, pero no fue así. Habíamos estado actuando durante seis años en festivales al aire libre, en clubes locales y en salones de baile chiquitos antes de que empezáramos a oír nuestra música en la radio.

A. B. QUINTANILLA La primera canción que escribí para Selena se llamaba “Dame un Beso”, y fue un éxito tremendo en el 86. La tocaron mucho en las emisoras de música tejana.

RAMIRO BURR Ese año, Selena ganó el premio de Vocalista del Año en los Premios de la Música Tejana en San Antonio. Y eso fue una sorpresa, porque ella había salido de la nada. Era sólo una adolescente. Pero lograba una conexión con sus fans, y eso es lo importante. Era joven y bien padre y no tocaba la música tejana antigua.

A. B. QUINTANILLA De verdad nos empezó a gustar la idea de ser estrellas de rock.

RAMON HERNÁNDEZ fue el primer publicista de la banda. Es el director de Hispanic Entertainment Archives, en San Antonio. La banda tenía hambre de éxito, y sus canciones eran bien creativas. Me acuerdo cuando sacaron “La Bamba”, que Ritchie Valens había grabado en el año 58, y la hicieron en estilo salsa. En la primera semana, llegó de inmediato al número 16 como Power Pick en la lista del Billboard Hot Latin 50. Esa canción fue el primer éxito de la banda a nivel nacional.

“ERA UNA ESPECIE DE SELENAMANÍA”.

Cuando tenía diecisiete años, Selena firmó un contrato de un año con Coca-Cola por $75,000 y apareció en campañas de publicidad en inglés y español en mercados de medios hispanos de todo el país. Gracias a la creciente popularidad de la banda y de otros conjuntos de música tejana, como La Mafia, Mazz y Emilio, hubo disqueras importantes, como Capitol/EMI y Arista, que llegaron a Texas para meterse en el ajo de un género regional alguna vez poco conocido. En 1988, el vocalista Pete Astudillo se unió a Selena y Los Dinos y comenzó a colaborar con A.B. en la creación de un sonido más bailable, inspirado en la cumbia, que incorporaba elementos de funk y hip-hop. El año siguiente un guitarrista de San Antonio llamado Chris Pérez se unió al grupo también—y pronto los integrantes de la banda especulaban sobre un romance entre él y Selena.

YVONNE “BONNIE” GARCÍA La primera vez que vi a Selena actuar fue en los Premios de la Música Tejana en 1987, y fue impresionante. Tenía a todo el público en pie. Tomó el mando de ese escenario como si lo hubiera hecho desde siempre, desplazándose de un lado a otro con esos pasos característicos de ella. Todo su personaje, su sonrisa, su energía, su carisma, era tan atractivo. Ahí sentada, pensaba yo: “Okay, estoy a cargo del márketing hispano de Coca-Cola, y éste es un talento fenómeno. Tengo que hablar con esta chica.”

PETE ASTUDILLO coescribió algunos de los éxitos más importantes de la banda, como “Bidi Bidi Bom Bom” y “Amor Prohibido”. Es vocalista de la banda de rock en español Ruido Añejo, y vive en Laredo. Cuando estaba ella en el escenario, no había nunca un momento aburrido. Su talento para el baile era increíble, y sabía cantar de verdad. Cantaba con gran emoción, lo que conmovía a la gente. Después de un concierto, se quedaba horas firmando autógrafos y hablando con sus fans.

MANUEL PEÑA, etnomusicólogo, es autor de Música Tejana: The Cultural Economy of Artistic Transformation. Vive en Fresno, California. Yo creo que Selena representaba las aspiraciones colectivas de muchos mexicoamericanos. Había salido del barrio, y la gente se identificaba con ella, en especial las mujeres. Simbolizaba lo que era posible, pero también era muy sencilla. Hubo una vez que la conocí detrás del telón, y no había absolutamente nada artificial en ella. Era simplemente una persona muy agradable, tratable, genuina y sencilla. Como un DJ dijo una vez sobre ella, “todavía comía tortillas y frijoles”.

JOSÉ BEHAR era presidente y director ejecutivo de Capitol/EMI Latin. En la actualidad es director ejecutivo de Diara LLC, sociedad controladora que tiene intereses en un holding con empresas emergentes de música y moda. Vive en Los Ángeles. Firmé a Selena y Los Dinos en base a una sola interpretación. Un colega y yo la vimos en los Premios de la Música Tejana de 1989 y de inmediato supe que había algo mágico en ella. Tenía diecisiete años, y ya sabía cómo cautivar al público.

CAMILLE ROJAS era DJ en la radio KRIO de San Antonio. En la actualidad es masajista en Katy. La gente pensaba que tenía una hermosa figura. Todos decían: “¡Qué cuerpazo!” Pero Selena era una chica normal con las mismas inseguridades que tenemos todos. Le hacía gracia tener un trasero grande.

SUZETTE QUINTANILLA ARRIAGA Estos eran los años de Madonna, Janet Jackson, Paula Abdul. Bustiers con mayones negros, un cinturón grande y botas: ese era el look. Selena comenzaba el show con un bustier y una chaqueta de mezclilla por encima, y poco a poco se iba dejando caerse la chaqueta. Pero siempre con decoro. Nunca fue descarada.

MARTÍN GÓMEZ era diseñador de moda para la línea de ropa de Selena. En la actualidad es vicepresidente de la división del departamento de desarrollo de productos de Coldwater Creek en Sandpoint, Idaho. Antes de conocernos, ella hacía sus propios bustiers para salir al escenario. Compraba corpiños de Victoria’s Secret y les pegaba cristales de Swarovski.

CAMERON RANDLE Era sexy, pero sabía exactamente hasta dónde llegar. Creo que era porque uno veía a una joven haciéndose mujer, pero que lo hacía en público con su padre siempre en la misma sala. Tenía un ojo puesto en el público, y otro puesto en él.

JOSÉ BEHAR Yo me di cuenta de algo importante que no le cayó bien a Abraham. Desperté una mañana y dije: “El mundo quiere a Selena; no quiere a Selena y Los Dinos”. Hablé con Selena, y ella lo entendió. Sabía que tenía que evolucionar. Bueno, cuando ella habló con su papá, él se enfureció. Me llamó y empezó a gritar: “¿Qué? ¿Estás tratando de dividir a la familia?” Le dije: “No, Abraham. La banda puede seguir grabando con ella y seguir de gira con ella. Pero tenemos que poner a Selena en las carátulas de los álbumes y en los videos”. Abraham y yo a veces dejamos de hablarnos por desacuerdos como este, pero una vez que colocamos a Selena en el punto de mira del público, las cosas empezaron a marchar bien de verdad.

PETE ASTUDILLO Nuestro primer éxito en México fue “Baila Esta Cumbia”, que salió en 1990. Se demoró algo en despegar, pero luego empezaron a tocarla mucho en el 91, y se convirtió en un éxito tremendo. El triunfo en México botó hacia Estados Unidos, y entonces nuestro éxito aquí fue diez veces mayor. Era una especie de Selenamanía.

ABRAHAM QUINTANILLA Tocaron en un concierto ante 96,000 espectadores en Monterrey que duró toda la noche. ¿Se lo puede imaginar? Los espectáculos más grandes en que habían tocado hasta entonces eran festivales al aire libre con 5,000 personas. Había otros cuatro artistas, pero el público quería ver a Selena. Otra banda tocaba, y la gente gritaba “¡Selena! ¡Selena!

JOSÉ BEHAR Su español no era muy bueno. Un reportero le preguntó: “¿Cómo te sientes cuando te echan piropos?” Como usted sabe, un piropo es un comentario coqueto, como “Estás bien guapa”, pero ella no entendió la pregunta. Pensó que le estaban preguntando cómo se sentía cuando los fans le tiraban botellas y latas al escenario, lo que en México se acostumbra a hacer cuando les gusta un artista. Así que dijo: “Sí, me echan piropos y latas y flores . . .” Y el lugar se vino abajo. A cualquier otro lo habrían crucificado, pero áquel fue el comienzo de un romance a nivel nacional.

ABRAHAM QUINTANILLA En mi opinión, los mexicanos siempre nos han menospreciado porque somos Tex-Mex, y no mexicanos. Así que me quedé sorprendido cuando la aceptaron como una de ellos. Un periódico de Monterrey la llamó “una artista del pueblo”. Incluso comentó acerca de su color de piel y cómo representaba a la masa popular de México.

A. B. QUINTANILLA Las cosas nos iban de maravilla. Y entonces, sin previo aviso, Selena me contó que le gustaba Chris. Quería que yo hablara con él, pero yo no quería nada que ver con eso. Sabía que a papá no le iba a gustar. Le dije: “¡Vas a hacer que maten a ese pobre tipo!”

PETE ASTUDILLO Es difícil ocultarle un secreto a la banda cuando andan siempre viajando de gira juntos. No estábamos seguros al cien por cien, pero teníamos la sensación de que había algo entre Selena y Chris. Creo que fue nuestro tecladista el que le dijo: “No sé lo que estás haciendo, vato. A Abraham no le va a gustar”.

CHRIS PÉREZ es guitarrista del grupo Chris Perez Band, que ha ganado un premio Grammy. Vive en San Antonio. Quiero contar que estábamos en Laredo cuando hablamos de que los dos sentíamos lo mismo por el otro. Después, cuando íbamos de vuelta al autobús, Selena traía una sonrisa enorme en la cara. Me pongo ahora a sonreír tan solo recordándolo. Quería decirle: “Ey, ¡deja de sonreír! Se van a dar cuenta”.

RUBÉN CUBILLOS Poca gente sabía que tenían una relación. Chris era un tipo bien padre; tenía el pelo largo y tocaba la guitarra, pero no intentaba llamar la atención. Era reservado, no arrogante, ni celoso ni macho como podrían haber sido algunos. Él se quedaba en su lugar y dejaba que Selena hiciera lo suyo.

SUZETTE QUINTANILLA ARRIAGA Mantuvieron las cosas en secreto durante un tiempo. Cuando empecé a tener sospechas, les dije: “Yo no tengo nada que ver, y si papá me pregunta, le voy a decir que no sé nada”.

ABRAHAM QUINTANILLA No me di cuenta de lo que estaba pasando hasta que un día volvíamos de McAllen y los vi abrazados. Paré el autobús en Harlingen a las dos o las tres de la mañana y exploté. Despedí a Chris inmediatamente. Lo dejé en el estacionamiento de un Whataburger y le dije: “Tú verás cómo te regresas a casa”.

PETE ASTUDILLO Para qué voy a mentir, no fue un período muy agradable. Selena estaba muy enfadada. Pero había contratos que cumplir. El show tenía que continuar.

ABRAHAM QUINTANILLA Yo lo veía como una amenaza. ¿Qué pasaría si se casaban y él la sacaba de la banda? Todo el trabajo que habíamos hecho todos esos años se iría al traste.

SUZETTE QUINTANILLA ARRIAGA Chris estuvo fuera de la banda unos meses, y Selena anduvo muy mal todo ese tiempo. Nos costó a todos sobrellevar tanta tensión. Papá me llamó un día cuando estábamos en Corpus y me dijo: “Bueno, lo ha hecho. Tu hermana se ha escapado y se ha casado”.

CHRIS PÉREZ Tenía puestos unos jeans y una camiseta cuando fuimos al juzgado. No recuerdo muchos detalles, porque estaba un poco fuera de mí mientras sucedía todo. Pensaba: “Dios mío, lo estamos haciendo. Dios mío, ¿qué estamos haciendo? ¡Dios mío!” De pronto, ya había terminado todo y nos habían declarado marido y mujer.

ABRAHAM QUINTANILLA Después de eso, lo acepté como parte de la familia. ¿Qué más podía hacer? Para entonces, yo tenía tres casas en la calle Bloomington. A.B. vivía en la casa de la izquierda, Marcella y yo vivíamos en la casa de en medio, y dejé que Selena y Chris vivieran gratis en la casa de la derecha. Todos tenían sus propias vidas, pero seguíamos siendo una familia.

“TENÍA ESE ANHELO DE SER RECONOCIDA POR EL MERCADO DE HABLA INGLESA”.

En 1993, Selena recibió un Grammy por Mejor Álbum Mexicoamericano por Live! El álbum que lanzó el año siguiente, Amor Prohibido—que incluyó éxitos como “No Me Queda Más”, “Fotos y Recuerdos”, y “Si Una Vez”—se disparó al tope de las listas latinas. Selena también comenzó a grabar un álbum transcultural en inglés, lanzó su propia línea de ropa con el diseñador de moda Martín Gómez y abrió dos boutiques. Conforme aumentaba la exigencia de su agenda, Selena empezó a depender del apoyo de Yolanda Saldívar, enfermera de San Antonio que había fundado su club de fans en 1991 y era ferviente seguidora de la banda. Tímida y de aspecto simple, con once años más que Selena, Saldívar pasó a ser indispensable al aceptar el trabajo de administrar las boutiques y a la larga convertirse en confidente de Selena.

MARTÍN GÓMEZ Estaba almorzando en el pequeño café dentro del Woolworth en Corpus cuando entró esta criatura llevando puestos un catsuit de color negro, cinturón Chanel y botas. Llevaba el pelo recogido y estaba maquillada. No se parecía a nadie que yo haya visto antes. Era impresionante, y tenía un aire de mucha confianza y sofisticación. Pregunté: “¿Quién es ella?” La mujer con la que estaba me dijo: “¡Dios mío, es Selena! Es muy famosa”. Bueno, yo no sabía quién era, pero saqué una servilleta, cosa que nunca había hecho, y le pedí un autógrafo.

SUZETTE QUINTANILLA ARRIAGA El sueño de Selena era ser diseñadora de moda. Tenía un cuaderno de dibujo que siempre usaba cuando estábamos de gira. Muchos de los trajes que usaba en el escenario eran sus propios diseños. ¿Recuerda el traje blanco que usó en 1994 en el show del Astrodome? Les puso cuentas a las botas antes de llegar a Houston, pero seguía cosiendo cuentas en el bustier detrás del telón justo antes de que comenzara el show.

MARTÍN GÓMEZ Su personalidad me parecía tan intrigante. Ella te acogía. Te hacía sentir que eras de inmediato su mejor amigo. O sea, pensemos un poco. ¡Dejé un trabajo excelente y un buen sueldo para trabajar con una chica de 21 años a la que no conocía y que quería crear una marca! Desde la perspectiva de Abraham, ella era primero cantante y artista; el diseño era un pasatiempo. No sé si él se daba cuenta de lo empeñada que estaba en ser diseñadora, pero no era ningún pasatiempo. Tener su propia línea de moda era su sueño.

ABRAHAM QUINTANILLA Me preocupaba porque me parecía que estaba tratando de hacer demasiadas cosas y que iba a perder su concentración. No quería que la banda perdiera el impulso.

A. B. QUINTANILLA Mi papá nos mantenía trabajando duro, lo cual era bueno, porque así nos mantenía con los pies en tierra. Nunca permitió que se nos subieran los humos a la cabeza. Si teníamos un tema en el número uno, su actitud era decir “¿Y qué?” Decía: “Cualquier payaso puede llegar al número uno. La pregunta es: ¿Pueden hacerlo una y otra vez?” Nos ponía el listón muy alto. Le doy las gracias por ello, porque nunca nos conformamos. Pero una vez que llegamos al número uno, como compositor yo sentía mucha presión para sacar otro éxito. Pensaba: “¿Qué podría sacar de la manga esta vez?” Selena se hizo muy famosa, asi que sentía una gran responsabilidad.

MANUEL PEÑA Ella destruyó, o al menos hirió, el dragón del sexismo en el sentido de que abrió su propio camino en un mercado dominado por los hombres. Las artistas femeninas de la música tejana siempre se veían como cantantes de segunda comparadas con los hombres, pero con Selena fue como “¡Aquí estoy yo, cabrones!”

DEBORAH PAREDEZ es directora asociada del centro de estudios mexicoamericanos de la Universidad de Texas en Austin y la autora de Selenidad: Selena, Latinos, and the Performance of Memory. A diferencia de la mayoría de las estrellas latinas, Selena era morena, y no se adaptaba a los parámetros anglos de belleza. Tenía curvas, piel morena y pelo negro sin aclarar. Sintonizaba con sus fans no sólo porque era de la misma clase y afiliaciones regionales que ellos, sino que también porque se veía como ellos.

NINA DÍAZ es vocalista de la banda de rock alternativo Girl in a Coma, que lanzará una interpretación del tema de Selena “Si Una Vez” esta primavera. Vive en San Antonio. Cuando era pequeña y me quedaba a dormir en casa de mis amigas, siempre hacíamos concursos de Selena. Nos poníamos un poquito de maquillaje y nos levantábamos las camisas lo más que podíamos sin que nos regañaran, y competíamos a ver quién hacía mejor sus pasos.

NANCY BRENNAN era vicepresidenta de artistas y repertorio de EMI. En la actualidad es agente inmobiliaria en la ciudad de Nueva York. Selena era un fenómeno, pero entre los que no eran su público, era una perfecta desconocida. Ella y yo cenamos una noche en un restaurante muy chic de Los Ángeles, y nadie tenía idea quién era. De repente, todos salieron de la cocina: los cocineros, los mozos, todos, y se aglomeraron alrededor de ella. Traían servilletas en la mano y le pedían autógrafos.

ERNEST GARZA trabajó en seguridad en muchas de las actuaciones de Selena. En la actualidad es guardia de seguridad de un hotel de San Antonio. Los recintos eran cada vez más grandes y el público cada vez mayor, lo cual era emocionante pero también nos ponía inquietos. Todos querían acercarse a ella, tocarla. Teníamos algunos fans locos que le agarraban la ropa y le jalaban el pelo.

SUZETTE QUINTANILLA ARRIAGA Selena llevó una cámara a los Grammys para poder tomar fotos de las estrellas. ¡No entendía que ella era una estrella! Nunca olvidaré esas palabras: “El Grammy es para: . . Live, de Selena!” Gritamos a todo pulmón. Recuerdo que cuando salimos de Radio City Music Hall, había gente afuera coreando su nombre. Ella se dio la vuelta, estupefacta, y me dijo: “¿Me conocen?” Entonces se volvió y trató de comportarse bien chida, saludando con la mano como la Miss América. Se puso a reír y me dijo en un susurro: “¿No sería bien penoso si me fuera ahora a caer?”

CAMILLE ROJAS Te daba la impresión de que se sentía muy afortunada de estar donde estaba y que no daba nada por hecho. Recuerdo estar con ella detrás del telón en algunos conciertos, y siempre le echaba una mirada al público antes de salir a actuar. Se emocionaba cuando veía la cantidad de gente que había. Para ella, todo aquello seguía siendo importante.

JOHNNY CANALES ha sido denominado el “Dick Clark” de la música fronteriza. Es el animador del programa de variedades de televisión “The Johnny Canales Show” y vive en Corpus Christi. La primera vez que actuó Selena en mi programa, cuando tenía trece años, me susurró: “¡Hagamos la entrevista en inglés!” Pero la última vez que vino, en el año 94, hablaba un español cien por cien perfecto. Se había esforzado mucho en aprender el idioma de verdad.

A. B. QUINTANILLA Nunca pensé que vería el día en que un álbum de Selena desplazaría a un álbum de Gloria Estefan del número uno en las listas de Billboard latino, pero eso es lo que pasó. Gloria llevaba muchísimo tiempo en ese puesto con Mi Tierra, y de pronto ¡boom! Llegó Selena con Amor Prohibido. Hubo al menos siete éxitos en ese álbum. Yo sabía que estaba lista para despegar fuera del mercado latino.

JOSÉ BEHAR A muy pocos artistas latinos se les había ofrecido un contrato transcultural con un sello discográfico importante. Fueron Julio Iglesias, Gloria Estefan y Selena, en ese orden. Y con Selena, se trató durante años de una batalla cuesta arriba. Mis colegas en EMI de América Latina, Estados Unidos, y España me decían: “No sé lo que ves en ella” y “Nunca tendrá éxito fuera de Texas”.

NANCY BRENNAN Selena era igual de americana que usted o que yo, así que tenía ese anhelo de ser reconocida por el mercado de habla inglesa. ¡El inglés era su primer idioma! El problema era conseguir que llegara al estudio. Yo nunca había trabajado con alguien que no tuviera tiempo, literalmente, para grabar su álbum de debut. ¿Cómo iba a decirle “No puedes tocar en el Astrodome ante sesenta mil personas porque tenemos que trabajar en tu disco?”

CELIA MACÍAS era la manicurista de Selena y trabajó en su boutique de Corpus Christi, Selena Etc. Es estilista en Corpus Christi. Selena estaba haciendo de todo: el álbum transcultural, los conciertos, los patrocinios, la línea de ropa, las boutiques. ¡Despegaba! Estaba tan preocupada por tantas cosas que necesitaba a alguien que se asegurara de que todo marchaba bien. Fue entonces que llegó Yolanda a su vida e hizo como que se encargaba de todo.

CHRIS PÉREZ Se hizo amiga de la banda, y la dejamos entrar a nuestro círculo.

PETE ASTUDILLO Yolanda parecía sincera. Era presidenta del club de fans, y pensábamos que le encantaban Selena y la banda. Ganarse a Abraham es difícil, y ella lo logró. Nos ganó a todos. Nos hacía fiestas y viajaba con nosotros a las ceremonias de entrega de premios. No era una niña que sólo quería pasar el tiempo con nosotros; era mayor, era una profesional, y parecía querer sinceramente ayudar a Selena de cualquier forma que pudiera.

MARTÍN GÓMEZ Mi primera impresión de Yolanda fue que era muy dulce, como una figura maternal. ¿Conoce al tipo de persona que es tan cariñosa que resulta casi sofocante? Me trataba como si fuera una madre y me preguntaba: “¿Necesitas algo, m’ijo?

AL RENDON es fotógrafo de San Antonio que retrató a la banda en muchas ocasiones. Yolanda adquirió mucha importancia en la vida de Selena. Ya sea que Selena se diera cuenta o no, Yolanda se convirtió en su filtro.

CELIA MACÍAS Cuando empecé en la boutique, Selena tenía muchos amigos que trabajaban para ella. Una vez que llegó Yolanda, se deshizo de los amigos de Selena uno por uno. Eliminaba a cualquiera que captara la atención de Selena.

MARTÍN GÓMEZ Yolanda trató de limitar mi tiempo con Selena, lo cual me fue muy difícil, porque estábamos diseñando una marca y necesitábamos hablar de su visión. Quedó claro que Yolanda me quería fuera del esquema. Cuando estábamos probando modelos para nuestro show de moda en San Antonio, empezaron a pasar cosas raras. Había hilos cortados. Bastillas sacadas. Botones que se cayeron de un traje de mezclilla que se probó Selena. Selena se frustró mucho conmigo y dijo “Martín, ¿qué está pasando?”

ABRAHAM QUINTANILLA Yo no administraba el negocio de Selena. Estaba tan ocupado con la banda que no me di cuenta de que Yolanda se había convertido en un problema hasta que fue demasiado tarde.

MARTÍN GÓMEZ Una de mis costureras me dijo que había ido a buscar unos cierres a la casa de Yolanda y que su casa estaba cubierta, de pared a pared, con fotografías de Selena. Incluso sorprendí a Yolanda siguiéndome a casa una vez. Las cosas se pusieron un poco preocupantes.

SUZETTE QUINTANILLA Mi hermana era muy confiada e ingenua. Mi hermano y yo también éramos así. Mi papá nos protegió tanto de niños—y en eso hay lo bueno y lo malo—pero con la forma en que nos criaron tendíamos a pensar que todas las personas tenían buen corazón.

MARTÍN GÓMEZ Yolanda y yo tuvimos una pelea bien grande, y le dije a Selena que tenía que marcharme, aunque todavía me quedaban algunos meses de contrato. Fue algo muy emotivo para los dos, y hubo muchas lágrimas. Selena se sentía mal por la situación, y la última vez que hablamos, ella dijo: “Lo lamento mucho”. Yo le dije: “No tienes nada que lamentar. Pero ten mucho, mucho cuidado”. Me temía que Yolanda estaba obsesionada con ella, y le dije a Selena que estaba muy preocupado. Selena me dijo: “Te preocupas demasiado, Martín”.

“SUS ÚLTIMAS PALABRAS EN VIDA FUERON: ‘YOLANDA SALDÍVAR, EN LA HABITACIÓN 158’”.

Tras la partida de Gómez, a principios de 1995, comenzaron a surgir preguntas acerca de la contabilidad que llevaba Saldívar del club de fans y de las boutiques. En marzo, Abraham la confrontó por las discrepancias en la contabilidad que él había descubierto, y le advirtió que pensaba llamar a la policía. Saldívar, por su parte, compró un revólver calibre .38 de cañón recortado y le pidió a Selena que se reuniera con ella en privado en el Days Inn de Corpus Christi, donde se estaba alojando. Le prometió que le entregaría los papeles que Selena necesitaba para presentar su declaración de impuestos.

CELIA MACÍAS Selena vino a la boutique para prepararse para su aniversario, y yo le estaba haciendo la manicura cuando comenzó a recibir llamadas de Yolanda. Todavía tenía las uñas húmedas, así que yo le sostuve el teléfono para que escuchara. Selena le estaba pidiendo explicaciones a Yolanda: ¿Por qué sus fans no habían recibido las cosas que se les había prometido? ¿Por qué habían desaparecido cantidades de dinero? Eso fue cuando empeoraron las cosas. Yolanda empezó a volverse loca y a contarle un montón de mentiras, diciendo que la habían secuestrado en México. Estaba llorando muy fuerte, balbuceando las palabras, y dijo que quería reunirse con Selena.

CARLOS VALDEZ Quedaron en encontrarse en el Days Inn, pero Chris vino con ella, así que Yolanda no tuvo la oportunidad de hablar a solas con Selena. A la mañana siguiente, Yolanda la llamó y le dijo: “No quería decirte esto, pero me violaron cuando estuve en México y necesito tu ayuda”. Selena la llevó al hospital, donde se determinó que Yolanda no había sido violada.

CHRIS PÉREZ Yo no tenía idea de que iba a buscar a Yolanda para llevarla al hospital. Se levantó antes que yo y no me dijo adónde iba.

CARLOS VALDEZ Selena la llevó de regreso al hotel, y tuvieron una discusión en la habitación de Yolanda. Selena tenía la espalda vuelta hacia ella, probablemente para salir, cuando Yolanda levantó el arma y le disparó por detrás. Selena empezó a correr, y corrió como 130 yardas, cruzando el estacionamiento hasta el vestíbulo, gritando. Yolanda salió de la habitación con el arma aún en la mano, y varios testigos declararon después que parecía que iba a disparar de nuevo. Selena entró corriendo al vestíbulo empapada de sangre, y antes de perder el conocimiento, dijo: “¡Cierren la puerta con llave! ¡Me va a disparar otra vez!” Uno de los empleados, Rubén DeLeón, se arrodilló junto a ella y logró despertarla. Le preguntó: “Señora, ¿quién le disparó?” Las últimas palabras que dijo, sus últimas palabras en vida, fueron: “Yolanda Saldívar, en la habitación 158”.

RICHARD FREDRICKSON era paramédico del cuerpo de bomberos de Corpus Christi. Todavía trabaja ahí como técnico en aparatos respiratorios autónomos. La pusimos en la parte de atrás de la ambulancia y comenzamos a hacerle la reanimación cardiopulmonar, tratando de colocarle una vía intravenosa. No respondía; no tenía pulso. La bala le dio en una arteria, y había perdido mucha sangre. Mientras intentaba encontrarle una vena, se le abrió la mano derecha y cayó un anillo. Al parecer, ella había estado sujetando el anillo en la mano todo ese rato.

PHILLIP RANDOLPH era el propietario de la joyería Phillip Randolph en Corpus Christi. En la actualidad es diseñador de joyas en la joyería Aucoin Hart, fuera de Nueva Orleáns. Yolanda me pidió que diseñara un anillo para Selena. Era un anillo de oro de catorce kilates coronado por un óvalo de oro blanco, incrustado con 52 diamantes. La letra “s” iba incorporada en el diseño de la banda, tres veces a cada lado. Ella pagó con la tarjeta de la empresa de Selena y pidió que no le dijera a Selena cómo lo había pagado.

CARLOS VALDEZ Éste era un anillo de amistad que Selena había llevado puesto, y Selena se lo quitó durante la discusión. Yo creo que fue eso lo que le molestó a Yolanda. Sabía que una vez que saliera Selena de esa habitación, su mundo se acabaría. Volvería a ser una doña nadie o iría a la cárcel por malversación de fondos. Estaba furiosa con el Señor Quintanilla por acusarla de robarle al negocio, porque eso le había puesto a Selena en contra de ella. Así que hizo lo que sabía que a él le dolería más.

LOUIS ELKINS era el cirujano cardiotorácico de turno esa mañana en el Memorial Medical Center de Corpus Christi. En la actualidad tiene consulta privada en Mountain Home, Arkansas. Cuando llegué a la sala de urgencias, ella no tenía pulso, ni presión sanguínea ni latidos de corazón. La arteria subclavia había sido cortada, por lo que había perdido una tremenda cantidad de sangre. Intentamos reanimarla como pudimos, pero llegamos a un punto en que ya era inútil seguir. Una vez que me convencí de que habíamos hecho todo lo posible, decidimos detener todos los intentos de reanimación. Era la 1:05 p.m.

SUZETTE QUINTANILLA ARRIAGA Mi hermano salió del hospital antes de que la declararan muerta porque dijo que él sabía; lo sintió, y tenía que salir. Recuerdo ver a mi mamá llorando y a mi papá desmoronándose, y después de eso no recuerdo mucho más. Para ser sincera, no recuerdo mucho de los siguientes dos años de mi vida. Me sentí perdida, perdida, perdida.

CELIA MACÍAS Había una enorme multitud de gente fuera del hospital, y todos estaban llorando. La entrada principal al hospital estaba cerrada. Era una locura, gente por todas partes.

CAMILLE ROJAS Yo acababa de salir de la emisora, y me dirigía en carro a casa después de mi turno cuando escuché la noticia en la radio. Traté de llamar a Yolanda—en ese momento no sabía que estaba involucrada—y recuerdo que mi llamada entró directo a su buzón de voz.

MARTÍN GÓMEZ Nunca olvidaré cuando oí la noticia en la radio: “Este no es un chiste del día de los inocentes. Selena Quintanilla Pérez ha muerto”. Perdí el control. Recuerdo que no fui a trabajar al día siguiente y que me emborraché mucho. Mi esposa me encontró en el piso de la cocina, llorando.

JOE NICK PATOSKI Fui al Days Inn dos días después del asesinato, y había mucha gente deambulando por ahí con cara de aturdido. Un tipo había viajado pidiendo aventón desde Michigan; partió tan pronto había escuchado la noticia y llegó al Days Inn esa mañana. El pasillo que conducía a la habitación donde Selena recibió el disparo se había transformado en un santuario, y la gente volvía a recorrer los pasos de ella desde la habitación hasta la oficina del motel. Recuerdo que había mucho silencio, nadie decía nada. Había gente con las manos y las rodillas en el césped de St. Augustine, buscando sangre, recuerdos, cualquier cosa, tratando de entender lo que había pasado.

“NO PODÍAMOS CREER QUE UNA CHICA MORENA FUERA TAN FAMOSA”.

Después del asesinato, Saldívar se sentó en su camioneta fuera del Days Inn y sostuvo el revólver contra su cabeza, manteniendo a raya a la policía durante nueve horas y media. Antes de rendirse a las 9:35 p.m., le echó la culpa de sus acciones a Abraham, diciéndole a los negociadores: “Su padre me odia. Su padre es responsable de esto”. (Saldívar se negó a ser entrevistada para esta historia). Su juicio, que se llevó a cabo en Houston en octubre de ese año, concluyó con un veredicto de culpable. Saldívar está en la actualidad cumpliendo cadena perpetua por homicidio con arma mortal en la unidad de Mountain View de Gatesville, donde se la mantiene bajo máxima seguridad debido a la notoriedad de su caso. Por orden del juez, el revólver calibre .38 con que mató a Selena se cortó en cincuenta pedazos, que luego fueron arrojados por la bahía de Corpus Christi.

ABRAHAM QUINTANILLA Tuvimos que mudarnos después de su muerte. Apenas podíamos salir de la casa las primeras semanas por la muchedumbre que había afuera. Meses después, seguía habiendo gente parada enfrente de la casa, incluso a medianoche. No me refiero a una o dos personas. Estoy hablando de quince o veinte, en la calle, en todo momento, incluso a las tres de la mañana.

RAMIRO BURR Fue como una serie de golpes diarios. Para entonces, yo había estado escribiendo sobre la música casi quince años, y aun así subestimé lo que ella significaba para la gente, y lo conectados que se sentían con ella. Sus álbumes se hicieron platino después de su muerte, y Dreaming of You salió unos meses más tarde y llegó de inmediato al número uno. Y luego ella siguió en las noticias por la investigación y el juicio. La fascinación con ella no se acababa. Recuerdo haber leído una noticia de la Associated Press meses después de que ella murió, acerca de la gran cantidad de niñas recién nacidas a las que habían puesto de nombre “Selena”.

NANCY BRENNAN Fue la primera artista latina en debutar en el número uno en las listas de Billboard. La expectación creada por los medios a raíz del terrible suceso significó que todos estaban esperando el lanzamiento. Se suponía que habría catorce temas, pero sólo habíamos grabado cuatro, así que creamos un álbum de tributo con canciones nuevas y antiguas. Crear ese álbum fue lo más difícil que me ha tocado hacer, porque escuchábamos su voz todo el día y llorábamos mientras mezclábamos las canciones.

SUZETTE QUINTANILLA ARRIAGA Todos enfrentan el duelo de distintas maneras. Yo solía sacar todas mis fotos y abrir el estuche de maquillaje de mi hermana para poder sentir su olor. Me hice cargo de las boutiques, porque sabía que Selena hubiera querido que siguieran funcionando, pero fue traumático. Todos los días, a todas horas, la gente entraba a la boutique para decirme lo mucho que querían a mi hermana, y a veces tenía que ir a la trastienda para llorar. Hasta la fecha, mi madre no habla en público sobre lo sucedido. Chris, como que se apagó. Dejó todo en la casa tal como estaba el día en que ella murió. Papá se dedicó de lleno al trabajo. Mi madre una vez me dijo: “Tu padre llora en la ducha porque no quiere que sepa que está llorando. Cree que no lo escucho, pero sí lo escucho”.

CHRIS PÉREZ Mi matrimonio se había acabado, mi banda se había acabado. Habíamos hablado de tener hijos mientras todavía fuéramos jóvenes, pero eso se había acabado. Todo se acabó, así, sin más.

A .B. QUINTANILLA Nada será nunca como compartir el escenario con mi hermana. Cuando tocamos en Centroamérica, había veces en que la emoción era tan abrumadora que me ponía a llorar. Le daba la espalda al público y hacía como que había un problema con el amplificador hasta que lograba recuperar la calma. Hay que entender que ella estaba generando electricidad, y yo era parte de ese conducto. Después de su muerte, he interpretado mi propia música en el Astrodome, y en el Estadio Azteca de la Ciudad de México ante 125,000 espectadores. Pero nunca he podido recrear esa mística. Sin importar lo lejos que he llegado con mi propia música, nunca ha tenido el mismo sabor. Es como comida sin sal.

CAMERON RANDLE La música tejana fue perdiendo el rumbo después de que ella murió. Selena había tenido un gran papel en impulsar el mercado, y su ausencia provocó mucha confusión y desorientación. Había mucha incertidumbre sobre quién desempeñaría ese papel en adelante, y la música tejana nunca se recuperó del todo.

DEBORAH PAREDEZ La revista People sacó dos portadas cuando murió, con Selena en los puestos de revistas del suroeste y el elenco de Friends en el resto del país. El número de Selena se agotó, al igual que varias reediciones. Como resultado, People produjo un número especial de homenaje. Era sólo la tercera vez en la historia de la revista que se había producido un número así; los anteriores habían sido para Jackie Kennedy Onassis y Audrey Hepburn. Ese número y las siguientes ediciones se agotaron, y es así como surgió People en Español. El mundo editorial se dió cuenta de que había todo un mercado latino que la cultura dominante había pasado por alto.

RENA DEARMAN Algunos amigos míos anglos me decían: “Yo no sabía nada de Selena antes de que muriera, y ahora escucho su música y me encanta”. Cantaban sus canciones, y no tenían idea de lo que estaban cantando, pero les encantaba su música. Me alegré de que por fin todos sabían lo que yo había sabido siempre, pero también fue un poco triste.

DEBORAH PAREDEZ Después de su muerte, creo que muchos latinos se sorprendieron al descubrir que Selena había tocado tantas vidas. Parte de eso puede que se deba a nuestro propio racismo internalizado; no podíamos creer que una chica morena fuera tan famosa. No ocurre mucho que los latinos de piel oscura sean aceptados por la cultura popular. Y entre los tejanos, considerábamos a Selena como una de las nuestras. Era igual que nosotros; era nuestra chica. Cuando uno es tejano, es muy consciente de la jerarquía de los latinos, y los tejanos ocupan los escalones más bajos de esa jerarquía. Somos los campesinos obreros. Así que verla aceptada por toda una gama de latinos fue algo estremecedor.

MARTÍN GÓMEZ Selena fue la primera persona que hizo que me sintiera orgulloso de ser mexicano. Antes de Selena, me daba vergüenza más que orgullo, para ser sincero. La forma en que ella presumía de sus orígenes era algo nuevo para mí, porque yo me había criado más que nada en un mundo completamente blanco. Su música, y el mundo que creó Selena, me devolvió el amor propio, y comencé a verme como mexicoamericano.

KEREN SMITH es prima hermana de Selena y vive en la antigua casa de Selena. Hay fans que pasan por acá en carro todos los días. Circulan muy lento, mirando con atención. Algunos dan la vuelta al final de la calle y pasan por la casa varias veces, y luego se detienen a tomar fotos. Muchos de ellos han viajado desde lejos, así que quieren recordarlo todo bien antes de partir.

ANTONIO ZAVALETA es académico de la religión popular. Es profesor de antropología y asistente especial del vicerrector de la Universidad de Texas en Brownsville. Hay una larga tradición en la cultura latina de aupar a héroes del pueblo, como Pancho Villa o El Niño Fidencio, como santos populares. Tras su muerte, Selena se está convirtiendo en uno de estos venerados santos populares. Los que viven y los que sufren creen poder pedirle al “espíritu” de Selena—que sin duda está en el cielo por morir como mártir—que interceda por ellos ante la Madre de Dios para la concesión de un milagro, como que regrese a casa una hija descarriada.

CELIA MACÍAS No hay ni un solo día en que no haya gente visitando su monumento. Yo trabajo a la vuelta de la esquina, así que a veces voy a almorzar con ella. Es raro que pueda estar con ella a solas cinco minutos. Siempre llega alguien a traerle flores, o a tomarle una foto, o a rendirle homenaje. Una vez conocí a tres jovencitas de Holanda que habían pasado cinco años ahorrando dinero para poder visitar la ciudad donde vivía Selena. Hay días en que me quedo ahí sentada y pienso: “Ay, chica, me gustaría que pudieras ver todo esto”.